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El grupo estuvo tres años con prisión preventiva en cuatro celdas de la Alcaidía del penal de Melchor Romero, partido de La Plata, de donde deben salir ahora.
Los ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa pasaron la noche en la Alcaidía del penal de Melchor Romero, donde cumplieron con la prisión preventiva hasta llegar al juicio que culminó el lunes de esta semana. A partir de la sentencia quedaron a la espera de ser trasladados a una cárcel del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Según fuentes de la investigación, Máximo Thomsen (23), Ciro Pertossi (22), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Luciano Pertossi (21), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23) y Lucas Pertossi (23) fueron trasladados el lunes a la noche a la Alcaidía 3 de Melchor Romero y «por el momento están en las mismas celdas que antes, nada cambió».
Los ocho rugbiers de Zárate, cinco de los cuales fueron condenados a prisión perpetua y los otros, a 15 años de cárcel, están repartidos en cuatro celdas con capacidad para dos personas y alejados del resto de la población carcelaria por cuestiones de seguridad.
Las fuentes consultadas aseguraron a Télam que ninguno de los ocho condenados pidió algún tipo de asistencia psicológica y que pasaron una noche normal. También aseguraron que Máximo Thomsen, quien se desmayó cuando escuchaba el veredicto en la sala del Tribunal Oral 1 de Dolores, ya se encuentra bien de salud.
«Tienen un buen comportamiento y un buen trato con el personal penitenciario que los controla. Son muy solidarios», explicó un vocero sobre el grupo, que el jueves próximo recibirá visitas de sus familiares, como antes del juicio.
En el caso de Thomsen, Benicelli, Comelli, Viollaz, Cinalli y Ciro, Luciano y Lucas Pertossi, ese «nada cambió» incluyó volver a leer sus biblias. A partir de este martes el grupo puede reanudar sus tareas en la huerta de la alcaidía de La Plata, pero no está claro si podrán mantener el celular que compartían entre todos hasta antes del juicio.
Sí podrán verse con sus familias, porque a los reclusos se les permite la visita de dos familiares por detenido que aprovechan para llevarles alimentos, ropa y libros o revistas para que puedan entretenerse.
Tras el veredicto en Dolores el Servicio Penitenciario provincial trabajaba en determinar a qué penales podrían ser trasladados los condenados, ya que «es inviable que permanezcan en la Alcaidía de Melchor Romero» porque es un lugar de encierro en el que los presos solo pasan unos días hasta que son derivados a un pabellón.
Fuentes judiciales aseguraron que una de las posibilidades es que la defensa pida el traslado de los ocho condenados al penal de Campana para que estén cerca de sus familias, ya que todo el grupo es de la ciudad de Zárate.
La única traba posible para lograr esa locación es que el SPB debe considerar la cuestión de hacinamiento que existe en los penales, incluído el de Campana.
